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08 Feb

Experiencia Inglaterra - Escocia 2013

Publicado por Unai Lopez de Luzuriaga  - Etiquetas:  #Europa

Un viaje planeado de la nada. No sé porque pero dos amigos (Iñigo y Gontzal) y yo decidimos ir a Inglaterra y a Escocia el verano pasado. Este viaje lo planeamos antes de que yo decidiera ir a Ouarzazate. Por eso, para mí ese verano pasó todo muy rápido, volví del tranquilo pueblo de Ouarzazate (Marruecos) y a los dos días estaba en la agitada ciudad de Londres.

 

Al principio, durante los dos días que pasé en Vitoria antes de ir a Londres, no tenía ganas de ir. Pero, una vez allí cambié de opinión rápidamente, fue otro tipo de viaje, muy distinto al anterior, pero me lo pasé en grande.

 

Empezamos el viaje en Biarritz, donde cogimos el avión que nos llevó a Stansted (uno de los aeropuertos de Londres). De allí cogimos un autobús a Cambridge, donde no teníamos donde dormir porque los dueños de la posada que habíamos reservado para esa noche nos mandaron un email el día anterior diciendo que nos habían denegado la tarjeta de crédito. Por eso, fuimos al único youth hostel que hay en Cambridge, pero estaba completo, asique después de estar toda la tarde recorriendo el pueblo, decidimos dormir en algún parque o alguna estación ya que la temperatura era muy buena y el precio de los hoteles en Inglaterra es elevadísimo. Terminamos durmiendo en unos bancos de la estación de tren, donde el guarda nos dio las buenas noches y al día siguiente nos levantó dándonos los buenos días y diciéndonos que perderíamos el tren (que no teníamos que coger). Como esa noche sí que teníamos reserva, nos levantamos fuimos al hostel, nos duchamos y salimos a dar una vuelta por Cambridge.

 

Avisamos a una familia inglesa que conocimos en Marrakech en Semana Santa que estábamos en Cambridge y que tal vez podríamos quedar para vernos. Así fue. Quedamos con ellos, comimos, dimos una vuelta y montamos en unas barcas que recorrían el río Cam mientas veíamos las famosas universidades de Cambridge. Después la familia nos invitó a cenar y a dormir a su casa, asique fuimos a cancelar la noche de albergue y a coger las mochilas. Hasta ahí todo bien, pero… al coger las mochilas nos dimos cuenta que a Gontzal y a mí nos habían robado los sacos de dormir. Solo los sacos, pero era una putada porque eran las primeras noches, todavía nos quedaban otras 21 y probablemente los necesitaríamos. Nos quejamos en recepción pero nada. Y tampoco queríamos andar yendo a la policía a poner una denuncia porque por unos sacos nos pareció que no merecía la pena, además queríamos ir a conocer el pueblo (Kettering) de la familia.

 

Fuimos a Kettering y dimos una pequeña vuelta por el pueblo. Parecía un pueblo muy tranquilo, un típico pueblo ingles con las casitas bajas, muchos parques… Y después nos dirigimos a la casa de la familia, una casa preciosa! Estuvimos jugando un poco a las cartas, escuchando a Chloe, Gontzal y Chrystelle tocar el piano, charlando… Algo más tarde llegó Ricardo, que estaba presentando una exposición de cuadros (es pintor) y poco a poco fue llegando la hora de la cena y como nosotros habíamos llevado embutido envasado al vacío desde Vitoria, sacamos unos sobres de chorizo y lomo y con un poco de jamón preparamos unos pan tumaca. Entre eso y la ensalada que preparó Chystelle montamos una cena buenísima en un momento. Estuvimos hablando bastante rato, pero como estábamos todos bastante cansados decidimos irnos a dormir.

 

Después de pasar la noche anterior durmiendo en un banco, nos encontrábamos como en un hotel de 5 estrellas. Dormimos hasta bastante tarde, desayunamos, nos duchamos y nos despedimos de la familia y Chystelle nos llevó hasta Northampton donde cogimos un tren hacia Londres. El tren nos dejó en la parada de Euston, una zona bastante céntrica, cerca del British Museum. Nuestro albergue estaba bastante alejado, en la calle Inverness Terrace, al final del famoso Hyde Park, pero como estábamos descansados y hacía un tiempo estupendo, decidimos ir caminando. Tardamos bastante en ir pero íbamos entretenidos viendo edificios, tiendas…

 

Llegamos al hostel, dejamos las mochilas en nuestro cuarto y fuimos a recorrer los alrededores. Vimos un supermercado cerca y entramos a comprar algo para comer, fuimos al Hyde Park y nos tumbamos a la sombra a comer unos sándwiches. Después estuvimos dando una vuelta por Oxford St, Piccadilly Circus y por Green Park. Como íbamos a pasar siete días en Londres tampoco nos preocupaba mucho recorrer tanto el primer día. Decidimos dar una vuelta y volver hacia el hostel. Cenamos algo y tomamos unas cervezas en la puerta del albergue (donde estaba la gente cenando, hablando, descansando…) ya que hacía una noche buenísima. Nos fuimos bastante pronto a dormir ya que decidimos que al día siguiente madrugaríamos y alquilaríamos unas bicis para recorrer lugares más alejados.

 

Ese día fue agotador, no paramos de andar en bici en todo el día. Primero nos recorrimos Hyde Park y Green Park para llegar al famoso Buckingham Palace, donde vimos el cambio de guardia. Después nos dirigimos hacia la zona de Westminster para poder ver el Big Ben y recorrer un poco toda esa zona. Terminamos comiendo unos bocadillos en los Jubilee Gardens, tirados en el césped debajo del London Eye. Una vez descansamos un rato decidimos ir hacia el Tower Bridge, recorriendo los barrios Newington y Southwark. Dimos un paseo por el puente y por la torre de Londres (Tower of London).

 

Decidimos volver al hostel a cenar y descansar, como no, en la puerta otra vez, como un 80% del albergue. En esos siete días conocimos gente de todos los lados, argentinos, italianos, alemanes, franceses, españoles… Hicimos buenas migas con varios de ellos y nos solíamos juntar un grupillo casi todas las noches. Viajando es inevitable conocer gente.

 

Al siguiente día fuimos a la pequeña ciudad de Oxford, a unas 50 millas (80 kilometros) al noroeste de Londres. Aunque me gustó muchísimo, como ciudad universitaria me quedo con Cambridge. No sabría explicar el porqué pero recuerdo que tuve esa sensación. Eso sí, las universidades, tanto en una ciudad como en otras, impresionantes.

 

El resto de los días los pasamos en Londres, fuimos al British Museum, al Natural History Museum, al Science Museum, Chinatown... pero sobre todo callejeamos. Nos recorrimos el centro entero, fuimos varias veces a Covent Garden y Camdem Town, mi lugar preferido de Londres. Es como si te fueses de una gran ciudad, con edificios altos y muchos coches, a los años 80. Mercadillos, puestecitos, tiendas pequeñas, una zona multicultural (una mezcla de países africanos y asiáticos) donde venden comida barata y riquísima. Es un placer pasear por Camdem tranquilamente, hacer compras, regatear… un descanso de Londres sin duda. Si tuviera que vivir algún día en esa ciudad, desearía vivir allí.

 

Los días pasaban y tras vivir cientos de nuevas experiencias, conocer muchísima gente de diferentes países y tras visitar Cambridge, Kettering, Oxford y Londres, cogimos un vuelo hacia Edimburgo. Entre las ciudades que he conocido hasta ahora, una de mis preferidas. Una ciudad no muy grande, con muchísimo ambiente, distintos lugares que visitar y en general un precio más bajo que el de Londres.

 

Llegamos al Edinburgh Airport hacia las 3 de la tarde, cogimos el transporte local que nos dejó en pleno centro de Edimburgo. Nos dirigimos al hostal, a 5 minutos a pie de donde nos dejó el autobús, y nos alojamos. De los hostals que habíamos estado hasta ahora parecía el mejor, perfecto ubicado, amplio, con menos gente por habitación, limpio y bastante barato. Y más adelante la gente terminó de bordar lo que eran apariencias, Princes Street East Backpackers fue sin duda la mejor opción que pudimos elegir para alojarnos en Edimburgo (siempre teniendo en cuenta nuestro presupuesto low cost).

 

 Decidimos dar una vuelta por el centro de Edimburgo y después ir a tomar unas pintas a un pub que vimos debajo del albergue. Pedimos unas cervezas y mientras hablábamos, dos señores (bastante mayores) escoceses nos empezaron a hablar, a hacernos las típicas preguntas que se les hacen a los turistas, a ver cuánto tiempo llevábamos en Escocia, cuánto tiempo nos quedaríamos… nosotros les preguntamos pueblitos cercanos para ver ya que ellos conocían toda esa zona a la perfección, y nos los apuntaron en un posavasos. Después se despidieron y nos invitaron a un Whisky de 15 años de antigüedad para darnos la bienvenida a su país, nos dijeron que se sentían muy orgullosos de que gente joven se interesara por Escocia. Les dimos las gracias una vez más y les dijimos que nuestro recibimiento no podía haber sido mejor.

 

Subimos al albergue y nos quedamos en la sala común cenando algo y bebiendo unas cervezas, sin intención de salir ya que estábamos cansados del viaje. Habría días de sobra, pensamos. Aún así nos quedamos un buen rato y conocimos varios españoles (catalanes sobre todo), italianos, un checo… Y nos fuimos a dormir.

 

Al día siguiente nos levantamos pronto para recorrer los miles de rincones de Edimburgo. Recorrimos Princes Street Gardens (con unas vistas increíbles al Edinburgh Castle), las calles del centro, diferentes parques… Después de caminar todo el día, volvimos al albergue a cenar y a tomar algo, salimos un rato a ver el ambiente que había, pero la mayoría de los pubs cerraron bastante pronto (hacia las 2 a.m.), además estábamos cansados y al día siguiente madrugaríamos para ir a varios de los pueblos que nos habían dicho los señores del primer día.

 

Nos levantamos, fuimos a la estación de tren de Edimburgo y cogimos el primer tren que salía hacia Dunbar, una villa y antiguo burgo real que se encuentra situada en la costa sureste de Escocia. Típico pueblito pesquero, precioso (y lleno de gaviotas). Nos recorrimos el pueblo y decidimos ir andando hacia North Berwick, otro pequeño pueblito pesquero. En la oficina de turismo de Edimburgo nos habían dicho que era un paseo precioso y que además iríamos bordeando toda la costa, pero aún seguimos esperando ese paseo… la parte de la costa era intransitable y decidimos caminar por la carretera. Anduvimos alrededor de 9 millas, cuando vimos en un cartel donde ponía que nos quedaban otras 9, asique decidimos hacer autostop. Costó, pero al final una mujer y su hija pararon y nos acercaron hasta North Berwick. Un pueblo precioso, si alguna vez vais a Escocia recomiendo visitarlo. Decidimos coger el último tren que nos llevaría de vuelta a Edimburgo.

 

Al llegar cenamos algo en la sala común con los amigos que habíamos conocido los días anteriores y salimos un rato de fiesta (en Edimburgo hay un ambiente buenísimo, pubs con música en directo, diferente tipos de bares y discotecas, entre los que encontramos un pub que se llamaba El Barrio y ponían música en español). Esta noche conocimos a una chica de Barcelona, Teresa, que estaba trabajando como recepcionista en un hotel y nos dijo que nos pasáramos al día siguiente por su hotel para que nos indicara sitios imprescindibles para ver en Edimburgo. Como al día siguiente nos íbamos a pasar 3 días a Glasgow, decidimos que al volver iríamos a ver a Teresa.

 

Los siguientes tres días los pasamos en Glasgow, una ciudad bonita que comparándola con Edimburgo no tenía nada que ver. Glasgow es mucho más industrial, mucho más ciudad que Edimburgo, estando allí me sentía como si estuviera en Bilbao o Vitoria.

 

Cuando pasaron los 3 días volvimos a Edimburgo para pasar el último día de nuestro viaje por el Reino Unido. Una vez dejamos las mochilas en el hostel, decidimos ir a visitar a Teresa, ella nos mostró sitios que no habíamos visitado y que no nos podíamos perder antes de irnos. Por eso, ese día fue intenso, recorrimos mucho, pero mereció la pena. Para terminar la tarde, subimos a Calton Hill a tomarnos unas cervezas mientras veíamos Edimburgo entero a nuestros pies. Después, volvimos al albergue y como era nuestra última noche y la de algún amigo más, decidimos salir un rato, fuimos al Finnegan´s un pub impresionante, donde varias veces a la semana hay música en directo. Y cuando cerraron nos dirigimos a una discoteca local (muy parecida a las de aquí). Al final el rato se nos hizo largo, pero mereció la pena, además al día siguiente el vuelo no salía hasta las 3.

 

Último día por el Reino Unido. Nos levantamos, nos despedimos de la gente del albergue y tomamos un autobús urbano que nos llevó al aeropuerto. Comimos unos bocatas que nos llevábamos preparados mientras esperábamos a que abrieran las puertas de embarque. Volamos y aterrizamos en Barcelona. En Barcelona cogimos el metro y nos dirigimos hacia el hostal que teníamos reservado, como era bastante tarde, cenamos algo y nos acostamos (estábamos cansados del viaje y de haber dormido poco la noche anterior).

 

Al día siguiente fuimos a la playa (primer baño en la playa en todo el verano). Nos pasamos la mañana en la playa, comimos algo por el centro para no volver al hostel y perder el tiempo y nos pusimos a andar un poco. Estuvimos paseando por La Rambla, la Plaza Cataluña, por el puerto y por toda la zona de la playa. Después fuimos a la estación de autobuses a reservar los billetes para el día siguiente, que ya nos volveríamos a Vitoria.

 

Ahora sí que último día del viaje. Fuimos a pasar la mañana a la playa, volvimos al albergue, comimos, recogimos todas nuestras cosas y fuimos en metro hasta Plaza Cataluña, donde habíamos quedado con unos buenos amigos de hace tiempo. Pasamos con ellos toda la tarde y a las 11 de la noche cogimos el bus hacia Vitoria. 

Edinburgh Castle

Edinburgh Castle

Camdem Town

Camdem Town

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